Conversaciones jugosas
Recientemente, vi en mi fuente de noticias una publicación con una imagen de duraznos que decía: "¿Puedes sentir el jugo en esta foto de duraznos?" Respondí mentalmente que sí.
Cuando nos comunicamos, básicamente pretendemos dar o recibir una idea o concepto. Me gusta esta explicación del proceso:
“Cuando hablamos entre nosotros, tendemos a transmitir hechos, opiniones o puntos de vista. Es como enviar paquetes de pensamientos a través del espacio entre nosotros; recogemos ese paquete de pensamiento, lo abrimos, sacamos los pensamientos y sentimos que hemos comunicado, comprendido y transmitido información” (El regalo más preciado de Ajan Sucitto).
Sabemos que la comunicación es más que este intercambio de paquetes. Por ejemplo, sabemos cómo se siente ser verdaderamente escuchado. Nos sentimos escuchados no solo cuando la otra persona permanece en silencio, sino que también está presente.
¿Qué significa estar presente?
Estar presente mientras escuchamos es una acción sutil que no puede encerrarse en paquetes y —al contrario de lo que algunos piensan— no es pasiva. Esta rica manera de escuchar nos invita a ser receptivos y nos abre la posibilidad de descubrir. Es tanto un acto de escuchar el mensaje que la otra persona intenta comunicar, como un esfuerzo constante por monitorear nuestra propia reactividad.
Los líderes y gerentes tienen a su disposición una gran cantidad de manuales y artículos para ayudarlos a mejorar sus habilidades de comunicación, que incluyen escuchar, hacer preguntas y sintonizar con la comunicación no verbal. Todas estas metodologías útiles darían mejores resultados si integráramos un concepto de comunicación menos segmentado —que vaya más allá de la entrega de hechos y opiniones empaquetados— y una visión de nosotros mismos como comunicadores, no como simples emisores o receptores de paquetes.
Durante una entrevista sobre belleza, el difunto John O'Donohue se refirió a las conversaciones como "más que dos monólogos que se cruzan". He tenido grandes conversaciones durante las cuales he comprendido más allá de las palabras. Estas conversaciones me han cambiado para siempre. La diferencia entre estas conversaciones y el mero intercambio de información empaquetada es que yo estaba presente. Estaba escuchando con todo mi ser y con apertura me hice disponible al momento emergente y generativo. Cuando estamos completamente disponibles para lo que trae el momento presente, podemos visualizar oportunidades, obtener una perspectiva más amplia de la situación y reconocer oportunidades para construir la relación.
Las palabras "conversar" y "convertir" sugieren un giro conjunto. Una conversación es una oportunidad para convertirse, para cambiar. ¿Cómo podemos tener conversaciones jugosas? ¿Qué te impide escuchar más allá de las palabras con la conciencia de tus propios filtros y reactividad? ¿Te resistes a convertirte mientras conversas?
La mañana que vi la foto de los duraznos, para mí fue más que ver una imagen correspondiente a la palabra “melocotones”. De hecho, pude sentir su jugosidad.